Una parada obligada es el Castello di Brolio, donde puedes visitar los viñedos y degustar un auténtico Chianti Classico. Para una experiencia aún más inmersiva, algunas bodegas ofrecen almuerzos entre viñedos, maridados con sus mejores vinos. En esta región, también puedes probar platos tradicionales como la ribollita, una sopa de pan y vegetales, perfecta para reconfortarte antes de continuar el viaje.